lunes, 20 de agosto de 2012

lo haré


Auditaré tus concesionarias.
Lo haré exhaustivamente
desde la funda en la palanca de cambio
hasta los zapatos de tus mecánicos.
Check list en  mano recorreré
tus talleres y puntos de venta,
tu stock, tu showroom, tu secretaría comercial.
Y de la mano de tu responsable de calidad
husmearé en las carpetas de vehículo nuevo,
en tus órdenes de reparación, tus actas,
tus sistemas operativos,
envíos a sap, patentamientos,
accesorios, folletería, ots,  cafetera,
lista de precios, señalética,
herramientas especiales
y todo documento que demuestre que tus empleados
se capacitan permanentemente.
Yo diré si cumplen o no cumplen.
Debe haber al menos una pared amarilla.
Debe haber mobiliario actualizado.
Debe haber plantas como palo de agua.
Debe haber revistas y televisores
y ese cartel que dice “precios sexys”.
Debe verse verde el ojo de la batería...
Deben estar enfundados los autos listos para entregar
aunque se vean tan fúnebres
junto a las flores que esperan a los clientes
(a todos nos espera la muerte).
Auditaré tus concesionarias.
Destilaré los nervios
de los encargados de llevar adelante tu máquina
dado que estoy ahí para ver si todo está en regla
y después ir a contártelo.
Le sacaré fotos a su solapera,
al color de su ropa,
a su llave token, a su letra aburrida
en la pizarra del punto de encuentro.
Los veré sonreírme sólo
porque no les queda otra opción.
Devolveré la sonrisa y les bajaré el puntaje
porque, aunque se prepararon para esto,
el ojo no se vio verde, ni un poquito.
¿Tienen agenda?
¿Hacen un seguimiento de los retornos?
¿Dónde firma el cliente la propuesta de test drive?
¿Me permite ver las baterías de diez vehículos?
Durante nueve horas al día o lo que lleve
fotografiarlo todo, documentarlo todo,
verlo todo. Cordial pero no tanto,
formalmente vestida.
Si no funciona el cierre centralizado
no cumple.

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