lunes, 31 de agosto de 2015

Gracias por querernos



Volvés a la corriente que no se detiene.
A las estrellas, al árbol,
al silencio musical del Universo.
La partitura del camino
te reintegra.
Volvés a lo que nace sin pausa.

Tiempo es de esperar
hasta inhalar otra vez la vida.
Tan cierta
como la luna cuando no la vemos.

Volvés a tomar impulso
al océano
y pienso
en el brillo de tu próxima rompiente,
tu futuro acantilado.

Sos una presencia de siempre,
todos pudimos verlo.
Tu día siempre trae soles anteriores.
Tibia, profunda, luminosa.
Intangible y contundente esencia
de tu abrazo:
sabor, cariño, melodía.

Tu prisma sonrisa
tan humana
sigue en todo.

lunes, 13 de abril de 2015

Ahora





Te conozco sombra, tanto…
Y aun me engañas.
Insaciable tejedora de mi pena. 
Codiciosa oscura 
 descendiente de mi propia costilla.

Los que sufren una vida partida en pedacitos   
 -visibles, sangrantes, contundentes-
han de reírse de este sufrimiento 
poeta.

Sólo yo te veo
en todo tu ancho
desde el día que nací negándome sonrisas y sueños, uno a uno.
Sacarme todo te vi y te veo sacarme todo
hasta no ver nada, nada, nada
de lo que me rodea, salva, logro y amo.

Sufrimiento es uno, el humano.
Y tu nombre Ignorancia.

Este dolor por nada en que me habitas,
de invisible efecto y causa, es humillante. 
Ahora:
Yo tengo una fe, una fe elegida libremente
-como libres vos y yo nos elegimos-.
Aunque crezcas 
gigantesca
tratando de ganarle
y confundas corazones y piedras a tu antojo,
yo tengo una fe a la que juré no renunciar
pase lo que pase
hagas lo que hagas.

Volverás y lo sé, en cada trino,
con tu aguijón puntual
al alba siempre.
Mi victoria final ya declarada es
y será
haber dado batalla a tu presencia.
También cada mañana.